El paro registrado subió en España en 45.896 personas en noviembre, un 2,24% más que el mes anterior. El paro aumenta en todos los sectores, pero donde aumenta más es en la construcción (+4,6%) y en los servicios (+2,3%). El paro de la construcción viene provocado por la desaceleración del mercado inmobiliario. El aumento del paro se debe, en buena medida, al menor crecimiento de la economía española. La economía se desacelera. La ley de Okun establece que hay una relación estable a largo plazo entre el aumento del paro y el ritmo de crecimiento económico. Más concretamente, sólo es posible reducir la tasa de paro (proporción de parados respecto a la población activa) si la economía crece por encima de lo que puede considerarse como normal. Para España aproximadamente, la relación sería que con un ritmo de crecimiento del PIB(producto interior bruto) por encima del 3%, caería la tasa de paro y que un ritmo de crecimiento del PIB por debajo del 3%, como ocurre ahora (2,8%) aumentaría la tasa de paro.
El empleo ha sido el gran motor de la economía española en los últimos 12 años. En 1995 había 12,5 millones de ocupados hoy el empleo se sitúa en 20,5 millones, 8 millones más. Este fuerte incremento del empleo, ha generado un espectacular crecimiento de la masa salarial, es decir, más renta y, por tanto, mayor demanda de consumo y de viviendas, lo que significa más producción de bienes de consumo y más construcción, es decir, más crecimiento económico que a su vez demanda más empleo y aumenta la renta, etc. Un círculo virtuoso que se ha basado en buena medida en el crecimiento del empleo de baja productividad en el sector de la construcción y los servicios. Parece, por tanto, que se está acabando el “boom” de crecimiento y empleo. Una prueba de ello es la desaceleración del consumo doméstico en este 4º trimestre del año.
Los datos del paro registrado no solo confirman la desaceleración de la economía sino que coinciden con otras formas de medir el paro. Así la tasa de paro de la EPA(encuesta de población activa) aumentó en el tercer trimestre. Por lo que siguen siendo necesarias las reformas estructurales, entre ellas la de la negociación colectiva y liberalizar otros mercados, como por ejemplo, la libertad de horarios comerciales y de apertura de establecimientos de comercio que permitan una mayor competencia, mayor crecimiento y empleo y un mejor servicio al consumidor.
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